Siguiendo con nuestra costumbre de entrar gratis a todos los conciertos que se realizan en esta ciudad y estando todas las entradas agotadas hace meses, logramos ver a Arcade Fire.
En el teatro donde tocaron no cabían más de dos mil personas, por lo que tuvimos la oportunidad de verlos a no más de cuatro metros, en un ambiente tranquilo, con un sonido impecable y un pequeño bar. Los diez músicos dieron la vida, no faltó ninguna canción, se rotaron todos los instrumentos y hasta terminaron tirándose al público. Fue un lujo que no merecemos (entendiendo nuestro nivel de chinadas).
Pero no nos podíamos ir con las manos vacías, había que llevarse un souvenir. Fue así como en un acto de fe y producto del trabajo en equipo, logramos conseguir la toalla que había ocupado el vocalista durante el concierto, la cual terminó adornando las paredes de nuestra chinada de departamento.
1 comentario:
fe aprueba de todo
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